Las cuevas, que tienen alrededor de tres millones de años, están situadas al sur de la provincia de Ávila, en pleno Valle del Tiétar. Se trata de una zona bastante extensa, formada por calizas cristalinas muy plegadas que la erosión del aire y del viento dejó reducidas a unos cerros de poca altura y elevados sobre los ríos Arenal y Avellaneda.
Fruto de la casualidad, las cuevas se descubrieron en 1963 y, después de numerosos trabajos de acondicionamiento, las cavidades se abrieron al público un año después. La Gran Sala de la Caverna atesora formaciones caprichosas: columnas, estalactitas, gours y numerosas capas de arcilla que cubren las galerías siguientes.
Fruto de la casualidad, las cuevas se descubrieron en 1963 y, después de numerosos trabajos de acondicionamiento, las cavidades se abrieron al público un año después. La Gran Sala de la Caverna atesora formaciones caprichosas: columnas, estalactitas, gours y numerosas capas de arcilla que cubren las galerías siguientes.