Primera Raza- Apareció bajo la protección del Sol (o más bien de Urano, que místicamente lo representa). Por residir la conciencia en el plano âtmico, estas formas fueron denominadas Raza de los Dioses, hijos del Yoga, (pues los Pitris emanaron sus sombras (chhâyâs) mientras se hallaban entregados a la meditación), y nacidos de sí mismos, por no haberlos procreado padres humanos.
Son formas enormes, filamentosas, proteicas y etéreas, bhûtas sin sexo, exudadas de los etéreos cuerpos de sus progenitores. Podían estos seres estar parados, andar, correr, volar; sin embargo, no eran más que un chhâyâ, una sombra insensible, dotada sólo de un oído rudimentario y de una vaga conciencia del fuego.
Esta Raza se reproducía por escisión o brote; el individuo crecía, aumentaba en tamaño, y entonces se dividía en dos mitades iguales, al principio, y en sus últimas etapas en porciones desiguales, de las que dimanaban seres más pequeños, que a su vez crecían y daban origen a nueva prole. En esta primera Raza no hubo ninguna primera subraza definida, si bien podemos indicar siete etapas de desarrollo o cambios evolucionarios. Ninguno de estos seres podía morir, "ni el fuego ni el agua podían destruirlos". El fuego era su elemento.
Esta Raza residía en la primera tierra firme que apareció en el globo, el pico del Monte Merú, el extremo del polo Norte, el comienzo de la imperecedera Tierra Sagrada, la tierra de los devas, llamada también Zvetadvîpa, la Isla Blanca o Tierra central, cuyo clima era como el de una deliciosa primavera.
Esta Raza se reproducía por escisión o brote; el individuo crecía, aumentaba en tamaño, y entonces se dividía en dos mitades iguales, al principio, y en sus últimas etapas en porciones desiguales, de las que dimanaban seres más pequeños, que a su vez crecían y daban origen a nueva prole. En esta primera Raza no hubo ninguna primera subraza definida, si bien podemos indicar siete etapas de desarrollo o cambios evolucionarios. Ninguno de estos seres podía morir, "ni el fuego ni el agua podían destruirlos". El fuego era su elemento.
Esta Raza residía en la primera tierra firme que apareció en el globo, el pico del Monte Merú, el extremo del polo Norte, el comienzo de la imperecedera Tierra Sagrada, la tierra de los devas, llamada también Zvetadvîpa, la Isla Blanca o Tierra central, cuyo clima era como el de una deliciosa primavera.
Esta tierra ha de ser sucesivamente la cuna de cada Raza humana bajo el Imperio de Dhruva, el Señor de la Estrella Polar, cualquiera que sea el punto adonde haya de dirigirse después de su nacimiento.